LAS ENERGIAS: PODEROSO CAMINO PARA LA ESPIRITUALIDAD Y LA SABIDURIA




El ser humano posee muchas virtudes. Desde las llamadas virtudes teologales como la Fe la esperanza y otras como las capacidades que se desarrollan en el campo académico, laboral, profesional y en los oficios diarios los cuales demandan aptitudes tan positivas como abiertas para poder evolucionar y posicionarse ante sí mismo como personas útiles, orientadas a prestar sus servicios a toda una sociedad.
 

En este camino evolutivo, el Hombre se ha encontrado con una gama de posibilidades para aportar a las generaciones en la cual interactúa, así como también a las que estén por venir, toda clase de retos que implican necesariamente una actitud que sirva de enlace para poder impactar de manera positiva en su propósito de vida. 


Siempre esperamos que las personas con las que convivimos, con las que trabajamos, con las que nos enamoramos y con todas aquellas  situaciones que implican permanente interacción con otros individuos, sean amables, que proyecten buenas energías, que sean educadas y fáciles de tratar para poder intercambiar de igual manera ideas, sentimientos, datos estables que nos conduzcan a un fin común pero que  también sea un objetivo con una finalidad positiva y porqué no, que este proceso llegue a feliz término. 


Sin embargo, muchas veces estos propósitos no se cumplen en la forma que nos hemos imaginado, posiblemente porque nos encontramos con toda clase de personas de diferentes formas de pensar, de ser, actuar, de proyectar y de sentir. Es en este espacio donde empezamos a darnos cuenta que definitivamente las personas que logran casi siempre sus propósitos, están revestidos de ciertos elementos llamados carismas, los cuales se hacen evidentes de tal manera que no podemos describir con palabras pero que trascienden a nuestra mente de manera poderosa. Pero qué son los carismas. Un carisma se describe como la cualidad o don natural que tiene una persona para atraer a los demás por su presencia, su palabra o su personalidad. También se dice que el carisma es la capacidad para motivar y suscitar la admiración de sus seguidores gracias a una supuesta cualidad de magnetismo personal. Una persona carismática también posee su personalidad individual y es considerada como “una persona aparte” de las ordinarias o “comunes y corrientes” por lo que es tratada de manera especial por estar dotada de poderes o cualidades sobrenaturales, sobrehumanas o al menos excepcionales y se destacan de las demás personas o comunidades. Normalmente, este tipo de personas se maneja como si fuera una luz extraña que irradia todo tipo de colores que pueden penetrar en las masas o en cada persona dependiendo del ambiente en que se desarrolle.


El carisma es en realidad exclusivo de unas cuantas personas, líderes políticos, directores de empresas, periodistas destacados, actores, profesionales de las distintas áreas del conocimiento o simplemente el carisma es propio de todos los seres humanos y forma parte de su naturaleza? A qué se debe que haya personas que penetren profundamente en las otras personas, sean admiradas u odiadas, sean queridas o rechazadas? Aparte del carisma, existe algún otro elemento o elementos que hacen que nuestra vida sea más armónica y llevadera o que por el contrario, siempre estén a merced del fracaso, el rechazo o simplemente de la apatía de la sociedad?


¿Qué hace en realidad que haya muchas personas en el mundo que tengan experiencias inexplicables sobre eventos y hechos que jamás fueron contemplados sino que simplemente las sintieron y las proyectaron? Tienen estas situaciones que ver con algo sobrenatural o en realidad forma parte de la naturaleza humana, percibir alegrías o tristezas, temer o al contrario, enfrentar y salir con alegría adelante a las adversidades, a los presentimientos y las extrañas percepciones que llegan a su mente y a sus corazones sin saber a ciencia cierta de dónde vienen o hacia dónde nos conducen? ¿Son los carismas los generadores de estas conductas, estados o motivaciones humanas? En realidad los carismas o el carisma de una persona sí tiene que ver en cierto modo con los demás estados que hemos mencionado en nuestras preguntas. 


Lo que hemos llamado carisma aquí en realidad es energía. Pero primero debemos tener claro el concepto de energía ya que éste abarca muchos horizontes y son aplicables a muchos estados y conceptos desde el contemplado en la física cuántica hasta el que está muy dentro de la mente y el corazón de los seres humanos. Debemos aclarar que en este caso el término corazón está encajado en el sentir sublime tan humano como espiritual como es el amor y el sentimiento contemplativo que se anida allí desde que nacemos. 


El concepto general o básico de energía se concibe en el aspecto físico como la capacidad para realizar un trabajo, de producir un movimiento, de generar un cambio. Es inherente a todos los sistemas físicos y a la vida en todas sus formas. Es así como conocemos la energía cinética, que es la del movimiento, la energía del calor, de electricidad, la energía química, térmica y muchas otras de gran relevancia en la cotidianidad humana. Sin embargo y curiosamente estos tipos de energía son los hilos conductores que nos llevan a entender increíblemente el otro escenario de la energía y su aplicación. Es la energía que se genera en nuestro interior la cual la podemos definir como la fuerza que nos impulsa y que nos ayuda poderosamente a sacar lo mejor o lo peor de nosotros mismos. Es esa misma fuerza o impulso que sale de nuestra propia autoestima que se combina con las otras energías que sirven de apoyo para desarrollar nuestros deseos más escondidos o aquellos que mostramos motivados por la necesidad de realizar nuestros sueños, o cristalizar nuestras metas y objetivos. 


Nos encontramos así con dos tipos de energía interior básicos. La energía positiva y la energía negativa. La energía positiva se puede describir como el imán de fuerza que fluye dentro de uno justo cuando se consigue alinear la mente y el corazón con el lado amable de la vida. Por el contrario, la energía negativa se da cuando nos posicionamos como víctimas de una situación y nos dejamos envolver de esa actitud o situación poco amable o negativa. En realidad, ambas energías tienen como factor común la actitud. Con la energía positiva se puede conseguir la proyección de sí mismo en nuestro entorno por medio de una palabra o tan solo una sonrisa. Se puede decir que es la actitud para creer en los sueños no tanto enfocado al azar o de la suerte sino como consecuencia directa de un trabajo mental y espiritual que nos conduce a la realización de un plan de vida o proyecto. La energía positiva viene acompañada de otras instancias tan nobles como propositivas como la amabilidad, el coraje y la determinación para superar adversidades. Al contrario de la energía negativa la cual nos lleva a estados de soledad, lejanía, sufrimiento y pena. En realidad, podemos identificar a las personas generadoras de buenas energías tanto como las poseedoras de criterios negativos que siempre están tratando de acabar con lo bueno que le suceda a otras personas sin distingo de posición familiar o social. Es decir, hay miembros de nuestra propia familia que son generadoras de situaciones negativas las cuales liberan malas energías que nos pueden hacer daño si no estamos siempre blindados contra ellas. Hoy en día son llamadas personas tóxicas, que si bien encajan dentro de nuestra descripción de hoy, no cumplen con todas las características energéticas que sí se guardan en el escenario espiritual de nuestras vidas. El ser humano es en realidad una fábrica perfecta de energías en desequilibrio o bien equilibradas según sean los sentimientos que anide cada quien en su corazón. Las energías son muy poderosas en realidad. Debemos cuidarnos de aquellas que se alejan de lo positivo ya que los malos pensamientos que generamos definitivamente se devuelven hacia nosotros mismos. Se hace necesario entonces cuidar de nuestros pensamientos porque somos lo que pensamos y nuestros pensamientos al final del día se pueden realizar buenos o malos según las energías que hayamos generado en nuestra mente.


Las energías trascienden mucho más allá de nuestra cotidianidad. Son las energías espirituales. Aquellas que hasta el momento son materia de estudio por lo inexplicable de su naturaleza. Estamos hablando de las energías espirituales que portamos mientras estamos vivos y aquellas energías espirituales de personas que han fallecido pero que de alguna manera o de otra, nuestra capacidad energética, nos ayuda a percibirlas muchas veces con mensajes que no alcanzamos a interpretar de manera correcta. Hay muchos países, regiones y localidades en el planeta lleno de leyendas e historias que implican a las energías espirituales. Han de ser fuente de misterio para todo aquel que sostenga en su corazón y en su mente esa fuerza que todos los seres humanos tenemos pero pocos desarrollamos. Todos estamos en capacidad de percibir, recibir, anidar y sostener relaciones energéticas de naturaleza espiritual. Sin embargo, debemos ser muy cuidadosos ya que el mundo espiritual está lleno de seres oscuros, burlones o apáticos que solo pretenden el acercamiento para desestabilizar y confundir. Tal vez se deba a que nuestra geografía está llena de entierros indígenas, espantos, cultos misteriosos y espíritus que vagan por bosques y montañas generando fuertes y numerosos fenómenos inexplicables y extraños en los que las energías de otros mundos llegan a nuestra presencia tal vez atraídos por esa misma capacidad energética y espiritual con que nacemos los seres humanos.


Por último debemos tener muy en cuenta un tipo de energía que nos hace aún más sensibles y proclives a la predestinación y la visión de lo que puede suceder a futuro, al igual que las manifestaciones que se hacen presentes en nuestra cotidianidad y que es llamada “sexto sentido”. Este sentimiento es otra manifestación de las energías que solemos  tener a lo largo de nuestras vidas. Se ha conocido de personas que simplemente ven de manera repentina y de una forma inexplicable lo que va a suceder en un futuro muy cercano. Es muy común oír decir sobre situaciones similares a aquellas que nos dicen lo que va a suceder producto de un pensamiento. Frases como “anoche recordé a una amiga de la escuela primaria y después de 20 años sin saber de ella, la ví en una cafetería”. También se ha conocido de personas que repentinamente “ven” una muerte violenta o una escena muy dolorosa de alguien muy allegado a su vida y suele suceder con la exactitud con la que la “vio” o la imaginó. Estas personas sufren muchísimo ya que suena irracional que manifiesten una visión de un crimen o suceso doloroso y violento sin ninguna explicación lógica o racional. Hay otro escenario donde los sucesos suelen manifestarse antes de que sucedan y son los sueños. A través de ellos muchas personas son capaces de predecir o vaticinar algún suceso próximo a ocurrir sin importar si es grandioso o por el contrario se trate de detalles aparentemente  sin importancia.


 Todos los seres humanos nacemos con cualidades, carismas, dones y capacidades aparentemente inusuales o poco comunes. Esto no es cierto realmente. Ya que todos nacemos con las mismas energías, motivaciones y fuerza de espíritu. Lo que sí no es realmente igual es nuestra actitud y forma de percibir, desarrollar y orientar nuestra capacidad.


El corazón del Hombre es como una cajita de sorpresas la cual debemos cuidar para que su contenido sea positivo, amable, paciente, amoroso y espiritual. Las energías en realidad son como serendípias o sea hallazgos afortunados, valiosos e inesperados que debemos cuidar mientras concentramos nuestras energías para el buen vivir, el mejoramiento de nuestra espiritualidad y el amor.



Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica: la buena voluntad”.








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